DISTORSIÓN COGNOSCITIVA EN LA MUJER

La mayoría de mujeres con frecuencia se deja embaucar por tartufos y bribones, cuyo verdadero interés por ellas es insignificante y relativo. Esto se puede apreciar fácilmente en las primeras citas. Veamos algunos ejemplos de cómo las mujeres incautas distorsionan las cosas:

1.

- Situación relevante: Él me corre la silla en una cena o la recoge del trabajo.

- Pensamiento automático: ¡Qué atento! ¡Cómo se preocupa por mí! ¡Es todo un caballero!

- Emoción: Seguridad y protección.

- Distorsión: Sobregeneralización.

2.

- Situación relevante: Él se interesa por los asuntos y gustos de ella.

- Pensamiento automático: ¡Tiene los mismos gustos que yo! ¡Es mi alma     gemela! ¡Nos parecemos bastante! ¡Me irá bien con él!

- Emoción: Grandiosidad.

- Distorsión: Sobregeneralización.

3.

- Situación relevante: Él le toma las manos y la mira fijamente o simplemente le da cumplidos.

- Pensamiento automático: ¡Jamás había sentido algo igual! ¡Este es el hombre indicado! ¡Qué tierno y dulce! ¡No puedo perder esta oportunidad!

- Emoción: Atracción, Gozo y miedo.

- Distorsión: Magnificación.

4.

- Situación relevante: El sexo no es muy importante para él.

- Pensamiento automático: ¡Me respeta! ¡Quiere algo serio conmigo! ¡No es un patán!

- Emoción: Confianza y seguridad.

- Distorsión: Sobregeneralización.

La forma inteligente y precavida de tratar estas situaciones puede darse de la siguiente manera:

1.

- Situación relevante: Él me corre la silla en una cena o la recoge del trabajo.

- Pensamiento controlado: Todos los hombres hacen lo mismo para halagar a una mujer.

- Respuesta emocional: Indiferencia.

2.

- Situación relevante: Él se interesa por los asuntos y gustos de ella.

- Pensamiento controlado: Quiere halagarme. No tiene criterio.

- Respuesta emocional: Menosprecio.

3.

- Situación relevante: Él le toma las manos y la mira fijamente o simplemente le da cumplidos.

- Pensamiento controlado: Hace lo mismo con todas.

- Respuesta Emocional: Disgusto.

4.

- Situación relevante: El sexo no es muy importante para él.

- Pensamiento controlado: Solo finge para llevarme a la cama.

- Respuesta Emocional: Disgusto y menosprecio.

Los embaucadores están por todas partes: en discotecas, matrimonios, puestos de trabajo, iglesias, parques, gimnasios, etc. Dejen ya de ilusionarse, no existe un hombre ideal. Todos cambiarán con el tiempo y dependerá mucho de su suficiencia e ingenio conservarlos, si así lo desean. El mejor consejo para evitar la distorsión cognoscitiva, es dejar de lado el romanticismo novelesco y apreciar la realidad muy de cerca, con inteligencia y prudencia. 

¡QUÉ ME IMPORTAN!

Desde lo hondo de mi porvenir, durante toda esta vida absurda que había llevado, subía hacia mí un soplo oscuro a través de los años que aún no habían llegado, y este soplo igualaba a su paso todo lo que me proponían entonces, en los años no más reales que los que estaba viviendo. ¡Qué me importaban la muerte de los otros, el amor de una madre! ¡Qué me importaban su Dios, las vidas que uno elige, los destinos que uno escoge, desde que un único destino debía de escogerme a mí y conmigo a millares de privilegiados que, como él, se decían hermanos míos! ¿Comprendía, comprendía pues? Todo el mundo era privilegiado. No había más que privilegiados. También a los otros los condenarían un día. También a él lo condenarían. ¿Qué importaba si acusado de una muerte lo ejecutaban por no haber llorado en el entierro de su madre? El perro de Salamano valía tanto como su mujer. La mujercita autómata era tan culpable como la parisiense que se había casado con Masson, o como María, que había deseado casarse conmigo. ¿Qué importaba que Raimundo fuese compañero mío tanto como Celeste, que valía más que él? ¿Qué importaba que María diese hoy su boca a un nuevo Meursault? Comprendía, pues, este Condenado, que desde lo hondo de mi porvenir... Me ahogaba gritando todo esto. Pero ya me quitaban al capellán de entre las manos y los guardianes me amenazaban. Sin embargo, él los calmó y me miró en silencio. Tenía los ojos llenos de lágrimas. Se volvió y desapareció.

"El extranjero" - Albert Camus

HABLA EL DECEPCIONADO, HABLA EL ENAMORADO

• "El disimulo es innato en la mujer, lo mismo en la más aguda que en la más torpe. Es en ella tan natural su uso en todas ocasiones, como en un animal atacado el defenderse al punto con sus armas naturales. Obrando así, tiene hasta cierto punto conciencia de sus derechos, lo cual hace que sea casi imposible encontrar una mujer absolutamente verídica y sincera. Por eso precisamente es por lo que con tanta facilidad comprende el disimulo ajeno, y por lo que, no es fácil usarlo con ella". A. Schopenhauer

Lou:

Que yo sufra mucho carece de importancia comparado con el problema de que no seas capaz, mi querida Lou, de reencontrarte a ti misma. Nunca he conocido a una persona más pobre que tu:

Ignorante pero con mucho ingenio.

Capaz de aprovechar al máximo lo que conoce.

Sin gusto pero ingenua respecto de esta carencia.

Sincera y justa en minucias, por tozudez en general.

En una escala mayor, en la actitud total hacia la vida:

Insincera.

Sin la menor sensibilidad para dar o recibir.

Carente de espíritu e incapaz de amar.

En afectos, siempre enferma y al borde de la locura.

Sin agradecimiento, sin vergüenza hacia sus benefactores…

En particular:

Nada fiable.

De mal comportamiento.

Grosera en cuestiones de honor…

Un cerebro con incipientes indicios de alma.

El carácter de un gato: el depredador disfrazado de animal doméstico.

Nobleza como reminiscencia del trato con personas más nobles.

Fuerte voluntad pero no un gran objeto.

Sin diligencia ni pureza.

Sensualidad cruelmente desplazada.

Egoísmo infantil como resultado de atrofia y retraso sexual.

Sin amor por las personas pero enamorada de Dios.

Con necesidad de expansión.

Astuta, llena de autodominio ante la sexualidad masculina.

Tuyo

F.N. (Friedrich Nietzsche)