"UN BLOG PARA TODOS Y PARA NADIE

Bienvenidos:

Este es un blog dedicado a mí mismo, poco me importa si leen o no mis publicaciones. "Yo soy pretil junto a la corriente. ¡Agárreme el que pueda! Pero yo no soy vuestra muleta".

Sepan que he invertido cierta parte de mi tiempo en elaborar las publicaciones de este blog y si le sirve de provecho a alguien, ¡enhorabuena!

Los creyentes fanáticos e intolerantes no son bienvenidos en este lugar, vayan a arrojar sus inmundicias a otra parte (tampoco responderé a sus tonterías), pues yo "sé que me cortaron las alas, mas eso no me impedirá elevarme por encima del cielo".

Los predicadores de cualquier índole religiosa, son mis enemigos, y con esto no me refiero a las víctimas de la religión ni a los cristianos liberados, quienes creen en dios según su capricho; tampoco a los que no leen o interpretan las "sagradas" escrituras según su conveniencia. Tengo aún menos consideración por quienes asisten a "retiros espirituales" y "misas" con el único fin de "evangeligar". Estos no son mis enemigos, a lo mucho son comediantes de la "divinidad".

Recomiendo a mi reducido número de lectores un poco de paciencia, ya que encontrarán algunas publicaciones extensas. "¡No arrojes al héroe que hay en tu alma! ¡Conserva santa tu más alta esperanza!"

Por último, quiero proclamar, en nombre del conjunto gregario humano, lo siguiente:

"Creo en la redención de la humanidad: la detonación de la bomba del juicio final".

jueves, 27 de marzo de 2014

JESÚS NO TE AMA, JESÚS NO EXISTIÓ



Es un hecho curioso que los componentes más antiguos del llamado Nuevo Testamento, las cartas que se cree que fueron escritas por un tal Saulo/Pablo, no hacen casi referencia a ningún dato biográfico de Jesús. Ni Belén ni Nazaret se mencionan en estos documentos de la religión cristiana. Sólo en el último libro de los Hechos de los apóstoles se afirma que Saulo (Pablo) tuvo una entrevista «con Jesús de Nazaret». Curiosamente, el documento más tardío es el más detallado en cuanto a la historia de Jesús.
No hay ninguna evidencia convincente que nos haga suponer que cualquiera de los evangelios supervivientes haya sido escrito por testigos oculares. De hecho, el estudio de los evangelios muestra de forma bastante concluyente que no lo fueron. Por ejemplo, los autores de los Evangelios de Mateo y Lucas incorporan casi todo el texto griego del Evangelio de Marcos, agregando dichos tomados incluso de otro documento (el llamado «Documento Q»), y generalmente hacen los milagros relatados por Marcos aún más milagrosos. Si «Mateo» y «Lucas» hubiesen sido testigos oculares, habrían escrito sus propios relatos, sin el recurso del plagio.

El Evangelio de Marcos, el más antiguo de la serie oficial de cuatro, contiene errores geográficos y consuetudinarios que no habrían sido cometidos por un testigo ocular. El Evangelio de Juan, el último de la serie, es muy tardío y demasiado etéreo para ser tomado como un relato biográfico, fuera testigo ocular o no. No hay nada en los Evangelios que nos haga tomarlos en serio desde un punto de vista biográfico: no hay una buena razón para tomarlos como otra cosa que no sea antiguos ejemplos del arte de la ficción.

Si la historicidad de Jesús no puede apoyarse en los escritos del Nuevo Testamento, ¿qué esperar de los recursos extrabíblicos? ¿Algún historiador griego, romano o judío observó su carrera y escribió sobre ello? Ni uno.

Aunque Josefo, Tácito, Suetonio y otros autores antiguos son a menudo citados como evidencias de un Jesús histórico, es evidente que sus relatos (aún si se pudieran probar como auténticos) se derivan de fuentes preexistentes, no originales. Josefo, el más antiguo de estos historiadores, nació por lo menos ¡cinco años después de la presunta fecha de la crucifixión! No hay testigos oculares. Además, los antiguos relatos no-cristianos de Jesús fueron escritos por la misma época, cuando el cristianismo ya era un delirio próspero, por lo que podemos tomar a nuestros autores paganos sólo como testigos del estado al que las tradiciones cristianas habían evolucionado en sus respectivas épocas, no como los testigos de un Jesús de Nazaret histórico.

Fuente: FRANK R. ZINDLER - "The Probing Mind" (La mente indagadora)



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